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Redificando los muros de nuestras vidas.


Proverbios 25:28 "Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda." (RVR 1960).


Elohim nos compara con una ciudad, las ciudades de la antigüedad tenían muros que las protegían de los ataques de los enemigos, esto era para el pueblo un refugio y una fortaleza que les ayudaba a habitar seguros.

Nosotros podemos tomar este hecho y examinarnos a nosotros mismos desde un punto de vista espiritual, y revisar como estamos, como están nuestros muros.


Nehemías 1:3-4 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios [Elohim] de los cielos.


Pidámosle al Eterno que nos ayude a sentir lo que él siente, sabemos que a medida que pasamos tiempo con El en intimidad vamos siendo uno con El en todos los sentidos. Somos uno en espíritu con El, y por esto vamos ofreciendo nuestro cuerpo en sacrificio vivo y nuestro corazón cada día debemos rendirlo a Él. Solo así podemos sentir lo que El siente e interceder por amor y no por alguna obligación.


Nehemías 1:6-7… por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.


Esto llevo a Nehemías a reconocer su pecado, comenzando por él y la casa de su padre, es decir, su ascendencia y así comienza su intercesión.

El único fin de todo esto no era ser vistos por los hombres, no era la fama ni el deseo de ser líder de algo, sino Reverenciar el Nombre de Yahweh.


Redificando los muros de nuestras vidas.



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